Prácticas tradicionales como pilares para lograr la armonía con la naturaleza
Las prácticas tradicionales desempeñan un papel crucial en la conservación de la biodiversidad y el desarrollo de la resiliencia, es por ello que el programa regional financiado por IKI “EbA LAC” apoya esfuerzos para acelerar las medidas de adaptación al cambio climático, la restauración de ecosistemas y la protección de la biodiversidad en diversos sectores para promover la transición hacia paisajes resilientes a través de herramientas como el Manual de buenas prácticas para la Adaptación basada en Ecosistemas – Visión del pueblo Maya K’iche’ .
Este manual destaca prácticas holísticas y ambientalmente racionales para la producción agrícola que garantizan una gestión adecuada del suelo y el agua, así como medidas para el uso sostenible de otros recursos naturales y la integridad de la biodiversidad, como la madera y las plantas medicinales.
En Guatemala, el programa EbALAC ha trabajado estrechamente con actores del sector público, líderes comunitarios e indígenas en la sistematización, comprensión y promoción de las prácticas tradicionales del pueblo maya k’iche’. Estas prácticas han sido reconocidas como enfoques vitales de adaptación basada en ecosistemas (AbE) para abordar los desafíos ambientales derivados de la variabilidad climática.
El manual de buenas prácticas integra medidas que incluyen el establecimiento de estructuras hídricas como zanjas en laderas, terrazas de ribera y labranza mínima, tanques o pozos de captación temporales, la aplicación de humus, marga o materia orgánica para retener el agua y contribuir al aporte de nutrientes orgánicos al suelo. El manual también destaca medidas de gestión forestal que incluyen la selección de especies arbóreas, la selección de semillas, la plantación o reforestación, el desbroce, el manejo de la parte vegetativa o la poda, la gestión para evitar incendios forestales y la cosecha de árboles aptos para su uso.
Además, el proyecto ha contemplado una visión general de un sistema agroforestal —el modelo Ütz Awän— que surge de la adaptación de las prácticas de las comunidades indígenas Kaqchikel de Guatemala. El modelo describe un sistema agroforestal complejo que promueve diferentes estructuras multiestrato y multicultivo, interactuando y complementándose entre sí, y cómo cada elemento (agua, materia orgánica, diferentes plantas y árboles) contribuye a la salud y el crecimiento de los demás. Se explican las diferentes prácticas de preparación y manejo del suelo, siembra, cosecha, etc., y se muestra cómo la transición y la facilitación de los procesos naturales, en lugar de intervenir con sustitutos químicos como fertilizantes, pueden contribuir a la obtención de todos los elementos necesarios para los seres humanos, garantizando al mismo tiempo los flujos necesarios para mantener los servicios ecosistémicos y asegurar la conservación de la biodiversidad.
El Pueblo Kaqchikel ha desarrollado este modelo mediante estrategias de supervivencia y adaptación a las diferentes condiciones ambientales y a los efectos del cambio climático. El principal uso de las especies presentes en el modelo es la alimentación, pero también se utilizan como medicina, leña, madera, forraje, abono verde, envoltura y embalaje de alimentos, medicina, ornamentación, bordes y sombra, entre otros.
La visión del pueblo indígena K’iche’ sobre el ecosistema y su entorno natural
“Los seres humanos son solo un elemento más. La Madre Tierra es la dadora de vida y en este maíz hay un signo sagrado”. |
La creencia maya k'iche' guatemalteca es que la naturaleza está integrada e interrelacionada, y que los seres humanos son un elemento de esta relación. Con esta visión, este grupo indígena ha establecido medidas claras para garantizar la seguridad hídrica y alimentaria, así como para el uso de otros recursos naturales; medidas basadas en principios de integridad y respeto por la naturaleza.
Estos ejemplos demuestran la necesidad de respetar e integrar la voz y el conocimiento de los Pueblos Indígenas, los primeros y más eficaces guardianes de la naturaleza del mundo. En el Día Internacional de la Diversidad Biológica de este año, el programa “Escalando medidas de adaptación basada en los ecosistemas (AbE) en las zonas rurales de América Latina” demuestra cómo estas experiencias y perspectivas cruciales son una contribución vital para alcanzar los objetivos de conservación y desarrollo sostenible, y de una manera que reconoce y eleva a aquellas mismas comunidades de las que todos dependemos para obtener soluciones basadas en la naturaleza que aseguren la salud e integridad de nuestro planeta.
El programa EbA LAC es financiado por el Ministerio Federal Alemán de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza, Seguridad Nuclear y Protección del Consumidor (BMUV) a través de su Iniciativa Climática Internacional (IKI), e implementado por la Cooperación Alemana para el desarrollo -GIZ- como agencia líder, en asocio con la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) y el CATIE (Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza). En Guatemala se implementa en estrecha coordinación con el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN).