Primera generación del curso Formación de Formadores (as) en Adaptación basada en Ecosistemas ya es una realidad en Costa Rica

  • El curso nace en el marco del programa "Escalando Medidas de Adaptación basadas en Ecosistemas en América Latina Rural" (EbA LAC) y estuvo dirigido a representantes de entidades públicas del MAG, SINAC y CORFOGA.

En septiembre de 2023, 20 personas costarricenses representantes de instituciones públicas asumieron el compromiso de capacitarse en el primer curso de Formación de Formadores (as) en Adaptación basada en Ecosistemas del programa EbA LAC. Luego de dos meses de aprendizaje e intercambio de experiencias, el pasado 24 de noviembre la primera generación de personas multiplicadoras AbE fue una realidad.

En medio de los desafíos que impone el cambio climático en todo el mundo, el corazón de esta iniciativa radica en la implementación del enfoque AbE, una solución basada en la naturaleza que reconoce los beneficios que la biodiversidad y los servicios ecosistémicos pueden ofrecer a la humanidad en su lucha contra los diversos fenómenos climáticos, entendiendo que la resiliencia humana está intrínsicamente ligada a la salud de los ecosistemas que nos rodean.

Para Ericka Valverde, técnica en el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y participante del curso, implementar medidas AbE ayudará, en un futuro cercano, a que las comunidades se adapten mejor ante los efectos del cambio climático, lo que les permitirá estar con sus familias bajo una mayor estabilidad económica y social.

Formando personas multiplicadoras: una pieza clave del cambio

El componente esencial del curso radica en la formación de personas que puedan convertirse en multiplicadoras de conocimientos y ser agentes de cambio en sus respectivas comunidades.

Este curso, que se extendió a lo largo de seis módulos con sesiones presenciales y virtuales, entrelazó el conocimiento técnico sobre el enfoque de adaptación basada en ecosistemas, gobernanza, género y participación comunitaria, con la enseñanza de habilidades blandas, tales como comunicación y trabajo en equipo, aprendizaje para personas adultas, entre otros temas, alcanzando así una inmersión participativa como pilar fundamental para asegurar un aprendizaje significativo y aplicable.

“En el curso una de las partes fuertes fue la de habilidades blandas, creo que va a ser muy importante la creación de talleres en las comunidades, el hecho de que seamos formadores de formadores nos va a ayudar a que la comunidad se sienta más cercana a nosotros y que podamos hacer esa transmisión de conocimiento muchísimo más eficiente”, destacó Valverde en la última sesión del curso que se llevó a cabo en las instalaciones del CATIE (Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza).

Un enfoque desde la naturaleza

América Latina emerge como una región particularmente vulnerable a eventos hidrometereológicos extremos, como lluvias intensas, sequías prolongadas, y lluvias erráticas que azotan sus tierras, poniendo en peligro no solo a los ecosistemas naturales, sino también a las comunidades rurales que dependen de ellos.

“La implementación de medidas AbE vienen a ser oportunidades para que diferentes grupos sociales como mujeres, jóvenes y personas adultas mayores puedan realizar actividades que les permita reincorporarse en el sector económico (…) y, a la vez, generar recursos que les permita asegurar su seguridad alimentaria, por ejemplo”, comentó Michael Rodríguez, director de Áreas Silvestres Protegidas Arenal Huetar Norte del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) y también estudiante del curso.

Una vez culminado este proceso, se pretende que las personas multiplicadoras apliquen sus conocimientos y habilidades para enseñar a otros grupos. Para ello, dentro de los criterios de selección de las y los participantes se consideró indispensable la experiencia en acompañamiento a procesos de fortalecimiento organizacional, el liderazgo según su rol y la experiencia para impartir procesos de capacitación entre distintos actores locales.

En el caso de Costa Rica, ya se cuenta con el primer grupo que fue capacitado por medio de uno de los multiplicadores, Andrés González, encargado de Participación Ciudadana del Área de Conservación Tortuguero (ACTo). Este grupo estuvo conformado por 22 representantes del Monitoreo Ambiental Participativo (MAP) del MAG, en edades entre los 9 y 16 años.

El programa EbA LAC, de la mano de universidades como el CATIE en Costa Rica, la Universidad Rafael Landívar en Guatemala y la Universidad de los Hemisferios en Ecuador, respalda el curso para brindar una experiencia académica de calidad a un total de 280 personas entre los tres países, que permita trascender las aulas y alcanzar los resultados esperados: una red de multiplicadores que alimente la implementación de medidas AbE hacia la resiliencia climática.

“Todo el curso estuvo bastante interesante y es muy aplicable a lo que yo hago en mi trabajo porque trabajamos con el fortalecimiento de capacidades de las personas ganaderas en Pococí, entonces las técnicas que aprendimos como manejo del conflicto, cómo hacer visualizaciones, presentaciones que sean llamativas y participativas son muy importantes para mi trabajo y estoy segura que las voy a utilizar”, enfatizó Lizy Vargas, técnica del proyecto Adaptación basada en Ecosistemas de la Corporación Ganadera (CORFOGA).

En medio de este camino, esta iniciativa no solo busca transmitir conocimientos, sino sembrar resiliencia en cada rincón de América Latina; es un llamado a la acción y una respuesta colectiva para cultivar un futuro más equitativo y sostenible en la región.

Este curso forma parte de las acciones que se enmarcan dentro del programa EbA LAC, financiado por el Ministerio Federal Alemán de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza, Seguridad Nuclear y Protección de los Consumidores (BMUV), a través de su Iniciativa Climática Internacional (IKI) e implementado por la Cooperación Alemana -GIZ- como agencia líder, en asocio con la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) y el CATIE (Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza). En Costa Rica se trabaja en estrecha coordinación con el MINAE y el  SINAC.

El programa EbA LAC tiene como objetivo aumentar la capacidad de resiliencia ante el cambio climático de las comunidades y ecosistemas vulnerables de las zonas rurales de Costa Rica, Guatemala y Ecuador.


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